Una consideración diacrónica de los tipos iconográficos planteada desde la Historia universal de las imágenes es algo de lo que adolece actualmente la Historia del arte en Iberoamérica (Península Ibérica y América latina). Desde otras áreas culturales de Occidente se han ido llevando a cabo diferentes tratados en sentido enciclopédico (Lexikon der Christlichen Ikonographie de Kirschbaum; la Ikonographie der christlichen Kunst de G. Schiller, o la Iconographie de l’art Chrétien de L. Réau). Estas obras de referencia, obvian en su mayor parte el rico patrimonio visual cristiano desarrollado en el área iberoamericana. En esta clase de estudios, solamente podemos tomar en cuenta los volúmenes de la Iconografía del arte colonial de H. Schenone, publicados en Buenos Aires. Falta pues una conveniente consideración de la visualidad artística del cristianismo en el área iberoamericana, algo que no debe tampoco ser comprendido al margen de la universalidad cristiana.

            Tratar de hacer una Historia universal de las imágenes cristianas, dando relevancia en su justa proporción a la especificidad iberoamericana, es el objetivo primordial que da sentido a este proyecto, el cual se concreta metodológicamente como una Historia de los tipos iconográficos: compendio de los principales tipos desplegados por la visualidad artística a lo largo de los siglos. Otras dos razones fundamentales justifican esta empresa:

  1. Facilitar una perspectiva diferente para la resolución de los tradicionales problemas con que se enfrenta el historiador del arte.
  2. Promover la generalización de este cambio metodológico en la  Historia del Arte.

            Nuestro tiempo está necesitado de una imperiosa innovación en el ámbito histórico-artístico que deje atrás la fosilizada visión morfologista, la cual aún preside hegemónicamente el establecimiento de la academia: desde los planes de estudio en todos los niveles educativos, hasta la mayor parte de fenómenos culturales en donde la Historia del Arte queda implicada —discursos museológicos, exposiciones, conservación del patrimonio, etc.—; y todo ello a pesar de los grandes progresos y sensibilidades innovadoras observados por la investigación durante las últimas décadas.

            Los historiadores somos cada vez más conscientes de la necesidad de cambiar esta situación, ofreciendo la alternativa de una Historia del arte entendida como una Historia Cultural, o sencillamente como una Historia de las imágenes, y no tanto como Historia de las formas según los estilos.

            El presente proyecto pretende ofrecer, en dicho sentido, una obra referencial de conjunto que ayude a configurar la Historia del Arte con esta diferente mirada.